El tamaño estándar de una botella de vino es de 750 ml, lo que equivale a 75 cl. Pero, ¿por qué este tamaño es tan común en la industria del vino? La respuesta a esta pregunta se remonta a la historia del vino y la tradición.

Almacenaje del vino en la época romana

En la época romana, los vinos se almacenaban en ánforas que tenían una capacidad de alrededor de 26 litros. Fue cuando los romanos conquistaron Francia, que se encontraron con una región llamada Burdeos, que producía vinos de alta calidad. Para transportar estos vinos, los romanos comenzaron a utilizar barriles de roble que tenían una capacidad de alrededor de 900 litros.

Con el tiempo, el tamaño de los barriles de roble disminuyó a alrededor de 225 litros, que se convirtió en el tamaño estándar para los barriles de vino. Esto se debió en gran medida a la facilidad de manejo de los barriles más pequeños.

Las primeras botellas de vino

En el siglo XVIII, la región francesa de Borgoña comenzó a utilizar botellas de vidrio para almacenar y transportar su vino. En ese momento, la capacidad de las botellas de vidrio era muy variable, pero se situaba en torno a los 500-700 ml.

La botella de vino de 75 cl. llega en el siglo XIX

La botella de vino tal como la conocemos hoy en día, con su capacidad de 750 ml o 75 cl, fue desarrollada en la región de Burdeos a mediados del siglo XIX. Esta capacidad de 750 ml se convirtió en el estándar en la industria del vino muchas personas piensan que por estas razones:

- Se cree que la capacidad de 750 ml era la cantidad perfecta para una cena de cuatro personas. De esta manera, una botella de vino sería suficiente para acompañar una cena completa sin dejar sobras o sin que faltara vino.

- La capacidad de 750 ml también se consideró ideal para el envejecimiento del vino en botella. Una botella de vino de 750 ml es lo suficientemente grande como para permitir que el vino envejezca adecuadamente, pero no tan grande como para que el vino se estropee antes de que se consuma.

- Por la capacidad pulmonar de los vidrieros que hacían las botellas.

En realidad se trató sencillamente de un tamaño práctico para el comercio del vino:

La capacidad de 750 ml también fue elegida por razones económicas y de producción. Es un tamaño fácil de llenar y etiquetar en la línea de producción, lo que lo hace eficiente y rentable para los productores de vino.

Además, en el siglo XIX los principales clientes de los productores de vino franceses eran los ingleses. Pero ellos nunca adoptaron el mismo sistema de medidas que los franceses sinó que la unidad de volumen de los ingleses era el “galón imperial” que era equivalente a 4.54609 litros.

Para simplificar las cuentas de conversión, transportaron vino de Burdeos a Inglaterra en barriles de 225 litros, que eran 50 galones exactos, correspondientes a 300 botellas de 750 ml. (75 centilitros).

Siendo más fácil el cálculo, adoptaron que un barril = 50 galones = 300 botellas.

De esta forma un galón correspondía a 6 botellas.

De hecho, por eso aún hoy las cajas de vino suelen tener 6 o 12 botellas.

En conclusión, la capacidad estándar de una botella de vino de 750 ml o 75 cl se remonta a la historia y la tradición del vino. La capacidad se consideró ideal para una cena de cuatro personas, el envejecimiento del vino en botella y la eficiencia en la producción. Por lo tanto, es el tamaño preferido en la industria del vino y se ha convertido en el estándar para la mayoría de las botellas de vino en todo el mundo.